Si quieres comer menos compra una vajilla azul, o decora tu comedor en tonos azules.
La importancia del color en el comportamiento humano es algo bien estudiado por la cromoterapia, una forma de curación alternativa que se basa en el poder de los colores.
Pues bien, según esta terapia, el color azul es un supresor del apetito. De hecho, solemos tener cierto instinto a rechazar las comidas de color azul y morado. Así que para ayudarte a no engordar: utiliza una vajilla de color azul, tanto platos como vasos y demás complementos de mesa.
También la nevera podría tener presente el color azul en su decoración, o la luz que desprenda al abrirla podría ser de esta tonalidad para evitar (o minimizar, al menos) los "ataques" en busca de comida.
Por el contrario, los colores amarillo, naranja y rojo ejercen un efecto sobre el sistema nervioso autónomo, estimulando el apetito. Parece ser que estas tonalidades favorecen la salivación y la segregación de jugos estomacales.
Aquí os muestro algunos ejemplos de distintos ambientes con tonos azul para que os hagais una idea. Como se puede ver, que además de ejercer un efecto inhibidor del apetito, transmiten sensación de frescura, luminosidad y paz:
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